Barberá: “En MotoGP la clave es disfrutar”

Se le ve maduro. Consciente del importante reto que tiene ante sí. Entrar en la categoría reina le ha hecho ver que esto va realmente en serio. Que lo que hasta ahora parecía un juego ya no lo es y tendrá que dar lo máximo para estar a la altura de sus grandes rivales.

Héctor Barberá (Dos Aguas, 1986) afronta su primera temporada en MotoGP con una Ducati GP10 del Team Aspar, plenamente consciente de que se ha hecho mayor. Y es que se codeará con los mejores pilotos del mundo.

SPORT estuvo con el piloto en Bétera, localidad residencial cercana a Valencia, en la que vive con su novia Elena y sus tres bulldogs franceses. Una jornada en la vida de Héctor transcurre con la normalidad con la que afronta su paso a MotoGP.

“He decidido dar el salto porque puestos a empezar de cero en Moto2 prefería hacerlo en la categoría reina. Si hubiese continuado 250 en el formato antiguo me habría quedado para luchar por el Mundial, pero prefiero foguearme con los mejores”, se sincera el piloto que logró un subcampeonato del mundo en 125 (2004) y otro en 250 (2009).

Después de los tests de Cheste, Jerez y Sepang, Héctor ha podido calibrar el verdadero significado de estas motos. “La potencia y los frenos son brutales. Las MotoGP se levantan en cada marcha y tienes que pelearte con ellas como un poseso. Es otro estilo de pilotaje, donde todo pasa más rápido que con cualquier otra moto y ves que esto va en serio. Es como jugar en Primera División”, explica el corredor ansioso porque ya empiece el Mundial de MotoGP.

Lo que más desea Barberá es enfrentarse a uno de sus grandes ídolos de toda la vida. “Tengo ganas de estar en carrera con Valentino Rossi porque es un crack y una referencia para todos los pilotos y los que amamos las motos”, manifiesta sabedor de la receta idónea para triunfar en este deporte. “La clave es disfrutar encima de la moto, siempre he utilizado esta receta y me ha servido. Si te comes el coco con otras cosas o te presionas demasiado entonces no te salen las cosas de manera espontánea y forzando no vas a ningún sitio”, afirma muy serio un Héctor que cada día pasa por el gimnasio.

Barberá, que fue campeón territorial de trial, asume que ha tenido que sacrificar muchísimas de las cosas con las que piensa un joven de 23 años pero ha ganado muchas otras.
“Me cambié a la velocidad porque me aportaba la adrenalina que no me daba el trial. Me gusta el riesgo e ir al límite y la velocidad me da lo que necesito”, explica reconociendo haber hablado con otros españoles que compiten en MotoGP desde hace un tiempo. “A Pedrosa le pedí consejo cuando subimos juntos al Montblanc y a Espargaró le he preguntado cosas de la Ducati que conoce mejor. Lo más bonito es que me reencontraré en pista con un buen compañero como Bautista que también es amigo”, dice el de Dos Aguas.

Por último, no esconde que el capítulo de las caídas, que lamentablemente ha sufrido, no le duele en lo físico sino en lo psíquico. “Lo que jode es tener que ver las carreras por televisión. Cuando me caigo sólo pienso en los GP que puedo llegar a perderme”, revela serio Barberá.