Márquez, la confirmación de una promesa
En su temporada debut, Marc Márquez ha confirmado lo que algunas voces venían augurando desde hace tiempo: que tiene un prometedor futuro por delante. A pesar de que la suerte no le ha acompañado en su primer año en el Mundial de Velocidad, el más joven del equipo Repsol ha cumplido con creces y ha conseguido fijar su nombre en la historia de este deporte, al convertirse en el piloto español más joven de la historia en subir a un podio.
Pero no es ése el único hito que ha logrado este año. Márquez ha acabado el 2008 como el mejor piloto KTM y en segunda posición en la tabla de ‘rookies’ en la categoría de 125cc. Un logro a tener en cuenta sobre todo después de que dos lesiones le hayan apartado de la competición al principio y al final de la temporada.
El catalán ha afrontado su debut en el Mundial con determinación, seguridad y valentía y ha superado el hándicap de su peso (necesitó una carga adicional en su moto para llegar al peso mínimo), asombrando a todos por su calidad y sobre todo con su rápida adaptación a la competición.
Una caída en la pretemporada le impidió tomar parte en las dos primeras carreras de la temporada. Así, el debut del español se demoró hasta la cita de Portugal, donde el piloto acabó en el puesto 18. No tardó mucho en despuntar, ya que en su quinta participación en el Mundial, en el Gran Premio de Gran Bretaña, Márquez acabó tercero, convirtiéndose, con tan sólo quince años, en el español más joven de la historia en subirse al podio.
Lejos de convertirse en un espejismo, el español continuó rodando entre los mejores el resto del Mundial. En el Gran Premio de San Marino apunto estuvo de volver a subir al cajón, pero acabó firmando un meritorio cuarto puesto. En Indianápolis, donde las condiciones meteorológicas adversas determinaron la carrera, el español acabó en sexta posición, demostrando su gran calidad sobre la moto.
Márquez quería acabar en casa, en Valencia, con un nuevo éxito delante de su afición para cerrar una espectacular temporada. Pero una aparatosa caída en los entrenamientos del GP de Malasia, la penúltima prueba del Mundial, le obligó a acabar el año de forma prematura. Pero por delante tiene muchos años para encandilar a una afición que ya ve en él a un gran piloto.