No mira hacia atrás. Sólo hacia adelante. Marc Márquez (Cervera, 1993) está encantado con el cambio de aires y con el Mundial que le toca afrontar en su nuevo equipo, el Aki Ajo, junto al alemán Sandro Cortese. El joven piloto catalán, que hoy, día 17, cumple 17 años, ha dejado atrás su campaña de aprendizaje como piloto oficial de KTM (marca que abandonó el Mundial) para ponerse al manillar de una Derbi con la que espera confirmar su espectacular progresión.
“Desde que estoy en el Mundial nunca he repetido equipo pero no me asusta lo más mínimo. Pienso que podemos hacer un buen año porque es una de las mejores estructuras de 125. Cuando acabó 2009 Emili (Alzamora) me puso las ofertas encima de la mesa y pensamos que era la mejor”, manifiesta el piloto que ansía volver a subir a su Derbi.
Marc deja atrás un año que no ha sido malo en lo deportivo, pero sí injusto. Un Mundial que le ha ayudado a madurar. La inferioridad mecánica le ha impedido, en muchas carreras, poder frecuentar el podio. Aunque, lejos de resignarse, se las ha apañado para no perder la estela de los de delante. “No me hundí ni un minuto. Es más, disfrutaba esforzándome más. Luchar me motivaba aunque hay momentos en los que puedes desesperar.
Emilio me ayudaba a mantener la concentración y las ganas de estar con los de cabeza era lo que más me motivaba”, recuerda satisfecho por no haber sufrido más lesiones en sus caídas.
El cambio a Derbi no le preocupa lo más mínimo a Márquez pues con lo poco que ha rodado ya se ha podido aclimatar. “Es más facil de llevar que la KTM. El chasis está muy bien; la moto es más rígida en las curvas rapidas y estable en las lentas.
Quizá la KTM era mas ágil, pero el motor RSA ayuda en aceleracion y bajos y es fina a la hora de abrir gas lo que no perjudica al chasis”, explica el corredor de Cervera que entrena en bicicleta con su hermano Alex que esta temporada debutará en el CEV en 125.
Los objetivos que se marca Marc en este 2010 so evidentes. Pese a todo trata de evadirse de la presión que supone tener la etiqueta de favorito. “Tarde o temprano me gustaría ser el sustituto de Julián Simón aunque si en 2010 no soy campeón tampoco pasará nada pues quiero seguir aprendiendo y mejorando mi pilotaje. En 125 habrá rivales buenísimos”, recuerda resignado.
Un día en la vida de Marc es el típico de un chaval de 17 años. “Me levanto a las 7.30, a las 8 estoy en el cole hasta las 2 y sobre las 4 entrenamos en ‘bici’ o el gimnasio. A las 6 estoy en casa haciendo cosas o quedo con amigos. Hago carreras de Slot pues me gusta lo que huele a competición y las videoconsolas me ayudan a memorizar circuitos”, detalla un chaval que siente que sus amigos del cole le respetan por ser quién es. “No todo el mundo tiene un compañero de clase en el Mundial”, apunta sonriente.
Después de tres años en el Mundial se siente maduro aunque no esconde que sus padres Roser y Julià sufren. “Me dicen que corra pero sin caerme y acabando carreras”, sentencia antes de salir a pedalear por los alrededores de su Cervera natal.