A Jorge Lorenzo y Valentino Rossi les separa algo más que un muro de cartón piedra o seis títulos mundiales. A ambos les distancia el tiempo, la juventud y, quizás, el hambre. Hace un año, el italiano solicitó a su equipo que blindara sus secretos al fichar por Bridgestone y mantener a buen recaudo las referencias del nuevo caucho. La respuesta de Yamaha no se hizo esperar. Sus operarios construyeron un panel que disipó cualquier temor y sembró cierta controversia.
Una temporada más tarde, Jorge Lorenzo arremete contra ese muro no sólo físico y carga contra las dudas que pueda tener el ocho veces campeón del mundo, que quiere mantenerlo a toda costa. Hace varios días, el piloto mallorquín, mientras disputaba el Rally de Monza con un Fiat Grande Punto, habló al respecto de esa separación. Más, cuando ahora Bridgestone calzará a las dos motos de Yamaha Fiat y los dos pilotos compartirán el mismo responsable técnico impuesto por la fábrica japonesa.
No hay secretos que guardar
"Aquella fue una decisión de Valentino, no mía", aclaró ante algunos medios italianos el piloto español, "pero ahora que los dos llevaremos los mismos neumáticos no se necesita ese muro, no tenemos secretos que guardar. Somos un verdadero equipo y creo que esto del muro es una debilidad de Rossi. Incluso si se contempla lo que hemos conseguido ambos: él tiene ocho títulos mundiales, seis en la categoría reina, y yo ninguno. No lo entiendo". Una reflexión que comparte una buena parte de la gente que puebla el paddock del Mundial.
Valentino no tardó en contestar a la afrenta del novato. Eso sí, con cierta lógica. Vale no se termina de fiar de un compañero que ya le hizo sombra este año en Portugal. "En el equipo Yamaha hay dos pilotos punteros que luchan por el Mundial. El muro mejora la armonía y, si este año ha funcionado a la perfección, ¿por qué cambiarlo?", explica Rossi, que luego ironiza: "Si él quiere que tire su muro, que yo el mío lo mantendré".